04 septiembre 2007

Ni síndrome post-vacacional ni ná de ná

Qué mal se me da empezar un post de vuelta del verano. Si compruebo la entrada que escribí hace un año seguro que podría usarla como modelo.

Una vez nos afincamos en la sierra, el mes de julio supone: piscinita, aunque este año he huido del sol (otros pueden estar morenos hasta febrero) y salir por ahí. Casi todas las noches íbamos a dar vueltas por el pueblo, y los findes se pasaban esperando las FIESTAS. La semana de fiestas significa compras ingentes de alcohol (con su correspondiente consumo), la música de todos los años, risas, afonía, una carpa llena hasta a bandera, anécdotas, miradas de pokeros, peleas (que se acababan en dos segundos gracias a los SWAT), multas (ssshhh!), dormir lo justo… Pero es la mejor semana del verano. Y además recibí la visita de los de Madrid. Thank's.

Se acabó esa semana y a seguir echando timbas de Guitar Hero y Singstar, pizzas tamaño mesa y jugar al PES de madrugada en una terraza hasta que amanezca, con más momentos impagables.

Hace quince días fuimos a la playa toda la familia, aunque de playa poco, y de moreno menos (cachis ahora que sí quería ligar bronce). Volví a viciarme a un juego como hacía tiempo, el "Phoenix Wright: Ace Attorney" de Nintendo DS. Mi primer viaje largo llevando el coche (a medias) y primer “roce” al ídem de a forma más tonta. Y ya de vuelta para aprobar (espero) los exámenes de septiembre y empezar cuarto.

Creo que eso es todo, aunque si me he olvidado de algo (seguro), a los comentarios please. No ha estado mal. Ah, empiezo a aficionarme al rap español (no todo, pero sí bueno) y al "electro" gracias a Alberto.

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