Continuando con estas semanas en las que he dado rienda suelta a mi frikismo ¡jarl!, ayer terminé de leer “El almanaque de mi padre” de Jiro Taniguchi. Gonzalo me recomendó este título, añadiéndolo a la lista de comics prestados (después de “The Authority”, “300” o “WE3”, ¿se me escapa alguno?) y no hay disculpa que valga.
Empecé como otro comic más, sin buscar dobles sentidos, sólo centrándome en la historia. Últimamente tardo más de lo normal en leer cada viñeta, incluso pronuncio cada palabra (será que soy auditivo como dice una de mis profesoras) porque quiero asimilar toda la información posible. Además está el hecho de dejarme los ojos frente a la pantalla del ordenador, ya que después de una hora las páginas se convierten en código de Matrix. El dibujo es de una calidad enorme, plasmando cada detalle de las personas, gestos, edificios, paisajes, interiores…
El estilo es diferente al de otros dibujantes. El ritmo es más lento, más típico del manga que del comic occidental (como dice Scott McCloud en “Como se hace un comic”) pero necesario para la historia que cuenta. En el Japón de los años 90, el protagonista viaja a su pueblo natal para asistir al funeral de su padre. A través de las historias que escucha de sus familiares descubre un aspecto distinto de su padre, al que había rechazado durante años.
Me ha gustado por que no es el típico manga de superhéroes, samuráis o romances pastelosos, sino de un tema más serio. Me lo he fundido en un par de días, y es que me resulta imposible soltar un comic hasta que me lo acabo. Lo he disfrutado mucho, más allá de las lecturas personales que pueda hacerle. En algunos momentos es duro (sin llegar al extremo del “Maus”) y he tenido que tomarme medio minuto de respiro, como en las páginas de aquí abajo:
Ya comentaré con más tiempo y ganas los dos últimos libros (no tebeos) que me he leído por gusto: el ensayo “El elogio de la sombra” y la novela “Lo bello y lo triste”, también de temática nipona. Por lo demás, sigo meditando el ir al Salón del Cómic de Barcelona, para lo cual necesito pasta (que me conozco).
Por último, los que dicen que leen novelas gráficas por que decir “comic” es de frikis, se delatan ellos solos ¡ooohh! Envidiosos.
03 abril 2007
El almanaque de mi padre
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