21 diciembre 2006

Wii

Días antes de su lanzamiento oficial en España ya pude jugar a Wii. Pude dar raquetazos y batear con Wii Sports, aprender el funcionamiento del Wiimote con Wii Play y convertirme de nuevo en Link con Zelda:Twilight Princess. Ojo, que te puede pasar algo como esto.

No sé qué tiene Nintendo, pero no me sentí como me sentía al estrenar la PS2. La larga espera, colocar los cables, encender la consola y empezar a jugar. Sin palabras.

Dejé de ser nintendero desde Nintendo64, y ya no me vicio como lo hacía desde pequeño. No me apetece jugar si no es con mi hermano al FIFA (sí, no soy de PES!), los juegos de a uno me aburren un montón, pero con Wii es distinto (me he pasado dos templos del Zelda casi del tirón).

Es otro rollo, Wii no será la consola más potente de la nueva generación, pero no me importa. Si consigue que me deje los ojos delante de la pantalla como hasta ahora, con eso me basta. Para reyes, el Rayman Rabbids o el Red Steel.

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