11 octubre 2005

Ay, amiguetes, amiguetes

Que grande es el cine español. Y después de haber visto la tercera parte de Torrente, más. Fui a verla el día del estreno, ni más ni menos. Es más mala que un pecao. Pero qué se puede esperar de Santiago Segura. He visto las últimas películas en las que actúa (“Una de Zombis” o “Borjamari y Pocholo”), y entre el clavo de la entrada, y los esperpentos de películas que son, dan ganas de echarse a llorar. O eso, o pegarle fuego al cine. ¿Por qué voy a verlas? El poder de convicción de mis amigos y su genialidad eligiendo la cartelera.
Torrente 3 es más de lo mismo, con un argumento chusco y toda una caravana de “famosos”: Latre, Fofito, Barragán, Cañita Brava, Risitas,¡si aparece hasta Luisi Toledo, pardiez! La sala entera con la mandíbula desencajada. No lo entiendo. A mí solo me hizo verdadera gracia el momento en el que Casillas, Guti y Helguera forran a palos al brazo tonto de la ley (con mucho respeto a los aficionados del Atleti).
No es que critique –bueno si- el cine español actual, con su realidad social y toas esas cosas tan alegres. Hay películas buenas, como “Noviembre”. Personalmente me decanto por otro estilo de hacer cine, por ejemplo, el de Fesser.
En fin, no volveré a pagar por ver cine español hasta mañana, que toca la de Sinfín.
A Luis Gaitán, gran amigo y fantabuloso actor.

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